viernes, 28 de marzo de 2014

PAWEL GRUSZKA NOS EXPLICA LOS DIFÍCILES INICIOS DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

Queridos alumnos, ¿y si en vez de hacerme caso a mí se lo hacéis a Pawel Gruszka? 
Aunque no es ni su redacción más creativa, ni la más loca, aquí tenéis una buena forma de explicar la Historia Contemporánea de España de forma clara y detallada:



Paweł Gruszka, Cultura de Español                                                                                                                       Granada, 26.03.2014

Desde el resumen conciso de los principios de la democratización tras el ingenioso Adolfo Suárez hasta el famoso Tejerazo.

Seis años antes de su muerte, Franco eligió al príncipe Juan Carlos de Borbón como su sucesor y nuevo rey de España. En aquel momento, el trono español llevaba vacante ya veintidós años. La designación fue una sorpresa para Juan Carlos y no menos para su padre, Don Juan, Conde de Barcelona, que tenía un derecho superior al trono. En 1973, Franco cedió la función de "Presidente del Gobierno" debido sus problemas de salud. Desde entonces, el Generalísimo actuó sólo como jefe de Estado y jefe de las fuerzas armadas. Dos días después de su muerte, su cargo pasó a Juan Carlos I y el nuevo rey rápidamente demostró su gran afán de reestablecer la democracia, tomando para ello medidas audaces y decisivas pero evitando que las mismas amenazaran el equilibrio político. Sus objetivos eran lograr una sociedad libre y moderna que permitiera el referéndum sobre la reforma política, seguida por una nueva constitución en 1978. No obstante, las reformas (que por sus fines últimos tenían que ser rapidas) y las relaciones con la Izquierda desagradaron a los falangistas y a los conservadores (sobre todo a los que eran también militares), que esperaban del Rey Juan Carlos el mantenimiento del estado autoritario.


El rey Juan Carlos I y el Caudillo: el general Franco.
El Rey Juan Carlos I nació en Roma el 5 de enero de 1938, hijo de Juan de Borbón (tercer hijo y heredero designado del rey Alfonso XIII de España) y la princesa María de las Mercedes de Borbón. Alfonso XIII y otros miembros de la familia real española se habían establecido en Italia tras la proclamación de la Segunda República en el año 1931. Juan Carlos se trasladó a España en 1948 para ser educado allí, lo que no hubiera sido posible sin que su padre se lo suplicara a Franco. El futuro rey comenzó sus estudios en San Sebastián y los terminó en 1954 en el Instituto de San Isidro en Madrid. Luego, una vez entrado en el mundo militar, consiguió el cargo de oficial entre los años 1955 y 1957 en la Academia Militar de Zaragoza. Pasó el año 1957 en la escuela naval de Pontevedra en Galicia, y el siguiente en la escuela de la Fuerza Aérea de San Javier en Murcia. En 1961 se graduó en la Universidad Complutense de Madrid y se fue a vivir al Palacio de la Zarzuela, donde comenzó a ocuparse de los asuntos reales.


Adolfo Suárez fue nombrado Primer Ministro de España por el rey Juan Carlos I el 4 de julio de 1976, algo que la oposición de izquierdas y algunos centristas vieron con malos ojos dadas sus raíces franquistas. Adolfo era nacionalista, pero fue elegido por el monarca para llevar España hacia una monarquía parlamentaria democrática evitando afligir a las vertientes conservadoras del país. Para el asombro de muchos observadores y opositores políticos, en el año 1976 el primer ministro Suárez introdujo la Ley para la Reforma Política y así dio el primer paso a la Transición. En 1977 Suárez dirigió la Unión de Centro Democrático (UCD) hacia la victoria en las primeras elecciones libres en España y se convirtió en el primer Jefe de Gobierno elegido democráticamente después de 41 duros años de dictadura franquista. El gobierno centrista de Suárez instituyó reformas democráticas y su coalición UCD ganó las elecciones de 1979 utilizando las leyes promulgadas con la Constitución del 1978 que definía  España como un Estado democrático y social en el que se reconocía el derecho a vivienda propia, empleo, bienestar, seguridad social y pensiones.
No obstante, cuanto más ambiente de democracia había, más tensa estaba la situación. Como se puede observar mirando las estadísticas del número de víctimas del terrorismo (la nueva herramienta política), los cambios provocan disturbios.
Como consecuencia, no deseada pero inevitable, los cambios que se estaban llevando a cabo produjeron una inestabilidad que, entre otras cosas, se caracterizó por la crisis económica (el 20 % de la población estaba en paro y la inflación tenía casi el mismo porcentaje debido a la perdida del capital), las dificultades que suponía el establecimiento de instituciones políticas en las Comunidades Autónomas, el terrorismo de ETA y la violenta resistencia de los militares.

El intento del golpe de Estado del 23-F


No hubo que esperar mucho: el 23 de febrero de 1981 se produjo un intento de golpe militar conocido como 23–F. A las 18:30 unos doscientos  agentes de la Guardia Civil armados con metralletas, dirigidos por el teniente coronel Antonio Tejero, interrumpieron una reunión del Congreso de los Diputados. Varias cámaras de TVE y técnicos, así como los miembros de la emisora privada SER, grabaron casi media hora de este acontecimiento, proporcionando al mundo un material audiovisual único de la tentativa de frenar el proceso de democratización. Desde la tribuna y con la pistola en mano, Tejero ordenó a todos guardar silencio y esperar a una autoridad militar que, afortunadamente, no llegó.
Durante los disparos de ametralladora casi todos los diputados se quedaron aterrorizados en el suelo menos tres que se mantuvieron de pie: el ministro de Defensa, el general Manuel Gutiérrez Mellado quien ordenó desistir a Tejero, el presidente del Gobierno Adolfo Suárez quien permaneció desafiantemente sentado y el líder comunista Santiago Carrillo. Este último no parecía en absoluto molesto por los acontecimientos y encendió un cigarrillo con calma.
El General Mellado y el presidente Suárez ordenaron desarmarse a los insurgentes. Los agentes de la Guardia Civil les respondieron disparando al techo. Al tomar el Parlamento y los poderes ejecutivo y legislativo buscaban crear, con torpeza, un nuevo poder político.
En el desarrollo de los acontecimientos,  se separó a tres diputados del resto: el presidente del gobierno, Suárez; el líder de la oposición Felipe González Márquez  y el segundo en las listas del PSOE, Alfonso Guerra González y Carrillo.
Poco después, el Capitán General de la III Región, Jaime Milans del Bosch, empezó el levantamiento en Valencia. Ocupó las calles con los tanques, declaró el estado de emergencia y trató de convencer a otros militares de alto rango de que apoyaran el golpe.
Mientras tanto, otro general, Torres Rojas, fracasó en su intento de ocupar los puntos estratégicos de la capital, entre ellos la sede de radio y televisión. Por lo tanto, los exagerados comunicados sobre el éxito del golpe no se pudieron difundir ni fomentar que  todos los que apoyaban el cambio utilizaran el momento oportuno para unirse.

Adolfo Suárez se encara a los guardias civiles que dirigen el intento de Golpe de Estado

A pesar de que la situación parecía ser grave, el rey, tras asegurarse de la fidelidad de los líderes militares, canceló el golpe de Estado a través de una emisión televisiva. También destacó la actitud del Presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, quien poco antes de 22:00 de la noche hizo un breve discurso a través de las estaciones de radiodifusión nacionales llamando a la paz.
A las 1:14 el 24 de febrero, el rey salió en la televisión vestido en el uniforme del Capitán General de las Fuerzas Armadas, el más alto rango militar español y se posicionó en contra de los insurgentes. Declaró: "La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar, en forma alguna, acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum." Justo en ese momento el golpe, sofocado con la autoridad mediante dicha emisión, fracasó. 


El rey lee su comunicado la madrugada del 23-F



Se presentó al teniente coronel Tejero, con mucha indulgencia y de una manera claramente inconstitucional, la posibilidad de renunciar a su postura y asumir el papel de jefe de gobierno bajo la orden del rey. Pero Tejero, que era empedernido en sus ideas militares, no lo aceptó. Por su parte, Milans del Bosch canceló sus planes a las 5:00 de la mañana y fue arrestado, mientras que Tejero resistió hasta el mediodía del día 24 hasta que también fue arrastrado fuera del edificio del Congreso. Los diputados fueron liberados esa misma mañana y con el amanecer se puso fin a este acontecimiento sin precedentes en la historia mundial.

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